Seguramente has oído hablar sobre la cognición canina. Y al indagar sobre las diferentes formas de entrenamiento te habrás hecho esta pregunta: ¿Qué es el adiestramiento cognitivo-emocional?
Has leído sobre ello pero no acabas de entender en qué consiste esta forma de trabajo. Tampoco cuáles son sus virtudes.
En este artículo vamos a hablar sobre esta forma de entrenar perros. De hecho en nuestras clases de adiestramiento canino en Valencia hacemos adiestramiento cognitivo-emocional.
También aprenderás qué diferencias existen entre el adiestramiento cognitivo-emocional y el entrenamiento conductista.
Índice
¿Qué es el adiestramiento cognitivo-emocional?
EDUCAN es la empresa que hay detrás de esta forma de entrenamiento
Planteó conceptos y una forma de trabajo novedosa. Esta se basa en aprovechar las capacidades cognitivas, emocionales y sociales de los perros.
Esta manera de trabajar iba más allá del aprendizaje asociativo imperante en los años noventa.
Fueron los pioneros en hablar sobre cognición canina y gestión emocional. Aunque a día de hoy son conceptos extendidos. De hecho muchos adiestradores los usan como herramienta de marketing para captar potenciales clientes.
En esta forma de entrenar a los perros se buscan los siguientes objetivos:
- mejorar la relación con nuestro perro
- optimizar la comunicación
- enriquecer su vida con actividades divertidas
- potenciar el acceso a la felicidad del perro
En el adiestramiento cognitivo-emocional se parte de una serie de premisas que se consideran fundamentales. Para conseguir un entrenamiento de calidad es importante:
- adecuado estado emocional
- equipo coordinado entre guía y perro
- código de comunicación claro
- planificación del entrenamiento
Se recalca mucho la importancia del estado emocional en el entrenamiento.
Sin este va a ser difícil obtener resultados satisfactorios, además de que es fundamental para la salud emocional de nuestro perro.
En el entrenamiento es muy importante la coordinación entre el tutor y el perro.
Al fin y al cabo el adiestramiento es una actividad conjunta. Por ese motivo debemos ser de ayuda y guiarle durante todo el proceso.
Para poder conseguir esto necesitamos una forma clara de transmitirle la información. En esto consiste el código de comunicación.
Pero al ser una comunicación bidireccional también debemos ser capaces de interpretar las señales de nuestro perro.
Por otro lado, es fundamental planificar qué vamos a entrenar.
Si no lo hiciéramos desaprovecharíamos el adecuado estado emocional de nuestro perro. Eso dificultaría el adiestramiento, ya que no nos comunicaríamos de forma óptima.
Más sobre el adiestramiento cognitivo-emocional
Estas premisas son fundamentales en un modelo de entrenamiento cognitivo-emocional. Las conductas y técnicas utilizadas durante el adiestramiento no son lo más importante.
Aunque obviamente en un adiestramiento se busca que el perro aprenda a sentarse, tumbarse, caminar al lado, etc. Pero no es lo más relevante y no debe conseguir a costa de las premisas anteriormente citadas.
Este artículo habla sobre el método cognitivo-emocional enfocado al adiestramiento. Pero no olvidemos que esta forma de trabajo también se utiliza para educar a un perro, y así resolver los problemas de comportamiento más habituales.
Durante el entrenamiento en obediencia es fundamental tener en cuenta las diferentes etapas. Y también los objetivos que se persiguen en cada una de ellas.
Las tres grandes etapas son las siguientes:
- vinculación y comunicación
- enseñanza de la conducta
- conducta conocida
Lo primero es vincularnos con el animal y enseñarle una forma comprensible de transmitir información.
Solo podremos empezar el entrenamiento cuando estemos vinculados y nos comuniquemos de forma bidireccional.
El siguiente paso consiste en enseñarle los comportamientos que queremos que aprenda. Una vez se haya conseguido esto profundizaremos en el adiestramiento. De esta forma le podremos indicar que realice estas nuevas conductas en el día a día.
Otro punto fundamental en un adiestramiento cognitivo-emocional son los evaluadores. Solo de esta forma nos podemos asegurar de que hemos conseguido los objetivos correspondientes a cada etapa.
Sin evaluadores no podemos saber si el trabajo avanza de forma adecuada. En cambio, mediante estos podremos hacer cambios si fuera necesario.
Como vemos, el adiestramiento cognitivo-emocional no solo trata de enseñarle a un perro una conducta en concreto. Sino que se basa en unas premisas, etapas, protocolos y evaluadores que se utilizan durante todo el entrenamiento.
En la web de EDUCAN tienen un artículo explicando con más detalle qué es el adiestramiento cognitivo-emocional.
Ahora se entiende mejor en qué consiste esta forma de entrenar perros. Es el momento de explicar las diferencias que existen respecto al conductismo.
Diferencias entre el adiestramiento cognitivo-emocional y el conductismo
Lo primero que hay que destacar es que no son teorías completamente opuestas. Más bien son puntos de vista y enfoques diferentes sobre el mismo hecho.
Es importante recalcar esto. Muchas personas creen que cada uno de ellos afirma cosas radicalmente diferentes al otro.
Pero esto no es cierto, sencillamente son paradigmas diferentes. De forma que si un conductista y un adiestrador cognitivo-emocional ven un mismo hecho cada uno hará una interpretación.
Pongamos un ejemplo. Supongamos que cuando un perro ladra en casa se le pone un bozal de tela.
En una visión conductista probablemente se interprete que esto es un castigo. En un enfoque gestionalista se podría interpretar que el bozal sirve como un inductor de calma para que el perro se relaje.
NOTA: esto siempre que se haya hecho un trabajo de habituación al bozal.
Como se puede observar, tenemos la misma situación pero dos interpretaciones diferentes.
Paradigmas cognitivo-emocional y conductista
Algunas de las diferencias que existen entre ambos tipos de entrenamiento de perros son:
1.-En cognitivo-emocional consideran la emoción como aquello que origina una conducta.
En conductismo los procesos internos* no se consideran la causa de una conducta. Se consideran una consecuencia de algo que los causa, como un estímulo.
*El término procesos internos hace referencia a la cognición y las emociones.
En conductismo la emoción o el pensamiento son conductas, aunque privadas. Por tanto habrá que ver qué las ha causado y no atribuirle ser el origen de un comportamiento.
2.-En el enfoque conductista lo más importante es la conducta en sí. Para obtenerla se hace uso de las diferentes técnicas, como por ejemplo el reforzamiento intermitente.
En el adiestramiento cognitivo-emocional no importa tanto conseguir la conducta. Aunque, obviamente, en un adiestramiento es importante.
Pero se valora mucho más las premisas anteriormente citadas. Entre ellas el estado emocional del perro, el trabajo en equipo, etc.
En el entrenamiento de perros conductista ya hemos visto que prima el conseguir la conducta. O más concretamente, la función que cumple la conducta.
Pero también existe otra diferencia significativa respecto al adiestramiento cognitivo-emocional. Esta es que con el fin de obtener la conducta usaremos el reforzador que más convenga.
Esto a priori puede sonar lógico. ¿Cuál vamos a utilizar sino?
Pero en el entramiento cognitivo-emocional lo que se busca es utilizar el cariño como base para adiestrar a un perro. Se pretende que un perro trabaje con nosotros por el vínculo que hay establecido.
Que sea este el que le impulse a realizar las comportamientos que le solicitemos.
Reforzadores en el adiestramiento conductista
En el adiestramiento cognitivo-emocional el cariño es el ‘reforzador’ que se utiliza para mantener las conductas. Podemos considerarlo un reforzador de carácter social.
En cambio en conductismo no se pretende que el cariño sea protagónico en el adiestramiento. No importa tanto el reforzador utilizado sino la conducta obtenida.
En cognitivo-emocional lo más importante no es obtener la conducta, sino la forma de conseguir la conducta. Importa lo que hay por debajo que mantiene ese trabajo coordinado y subordinado entre guía y perro.
Como hemos visto, esta es una gran diferencia existente entre ambas visiones.
En psicología del aprendizaje se busca que los reforzadores sean lo más potentes posibles. Es por eso que en conductismo tienden a utilizar reforzadores primarios (típicamente comida).
No tienen ningún problema en trabajar de esta manera. En cambio en el adiestramiento cognitivo-emocional sí. Este busca que el perro trabaje por motores sociales, de forma que considere el cariño como un reforzador social.
En cambio en un adiestramiento conductista el perro tiende a trabajar por metas egoístas. Busca obtener los reforzadores, que suelen ser comida o juguetes.
Esto supone un choque con el paradigma cognitivo-emocional. Ya que busca hacer al perro colaborativo y que no solo esté interesado en los reforzadores.
Lo que se pretende es potenciar la relación. Construir un binomio donde el cariño sea el motor para realizar las conductas.
Por eso una de las bases del cognitivo-emocional es que la conducta no es lo más importante. En cambio sí lo son las premisas anteriormente citadas.
¿Cómo adiestrar a tu perro en cognitivo-emocional?
Al iniciar un adiestramiento cognitivo lo primero es vincularse con el perro. También establecer una forma de comunicarse entre ambos de forma fácil y eficiente.
Si se omite la etapa de vinculación luego puede llegar a ser muy complicado que el perro trabaje por motores sociales. Esto sucede si trabajamos durante todo el adiestramiento solo con comida.
El objetivo es que el adiestramiento sea percibido como una actividad divertida para el perro. Para ello es muy importante la relación que se establece.
El adiestramiento cognitivo-emocional hace uso del condicionamiento operante para enseñar nuevos comportamientos.
De hecho siempre se utiliza el condicionamiento operante, independientemente de que el adiestrador sea conductista o cognitivo-emocional. Al fin y al cabo es un principio básico de la psicología del aprendizaje.
No tiene sentido afirmar que en la enseñanza de conductas un adiestramiento cognitivo-emocional es incompatible con uno conductista. Ya que ambos hacen uso de unos principios básicos de psicología del aprendizaje que son comunes.
Adiestramiento de base cognitiva
En el adiestramiento cognitivo-emocional se diferencian dos etapas. La primera es generar una nueva conducta y posteriormente comprender la conducta.
En la primera etapa se hace uso del reforzamiento continuo, es decir se premia todas las veces. De esta forma luego es más fácil retirar el reforzador.
Al ser continuo, en el momento que lo retiremos el perro perderá la expectativa de ser premiado de forma más rápida.
En la visión conductista se hace uso del programa de reforzamiento que consideremos más adecuado. Si buscamos el que sea más resistente a la extinción usaremos el reforzamiento de razón variable. Este implica una mayor expectativa por parte del perro.
Otra diferencia respecto a cognitivo-emocional es que no se hace hincapié en la comprensión de la conducta.
Como consecuencia de una mayor comprensión se genera motivación intrínseca. Por tanto el perro disfruta realizando la conducta
Para desarrollar la motivación intrínseca se hace uso de la solución de problemas. El propio hecho de resolver la situación problemática produce satisfacción.
Al trabajar de esta forma se pretende que el perro no necesite reforzadores externos para mantener la conducta, ya que es gratificante realizarla.
Puntos clave de este artículo
Para finalizar el artículo vamos a hacer un resumen. Así concretamos los puntos de vista de ambos paradigmas:
- en cognitivo-emocional se considera que la emoción causa la conducta. En conductismo no.
- al adiestrar en obediencia a un perro en conductismo se busca la conducta. Esto no es así en cognitivo-emocional, ya que importa más el estado emocional y el trabajo en equipo.
- en cognitivo-emocional se busca que el perro trabaje por afecto al guía y que comprenda el ejercicio. El conductismo no usa necesariamente el afecto como motor de trabajo.
Y volvemos de nuevo a recalcar la idea de que ambos son paradigmas distintos, no teoría completamente opuestas.
¿Te gustaría aprender más sobre adiestramiento cognitivo-emocional y etología canina? Entonces te recomendamos que leas el resumen que hicimos del libro Tu Perro Piensa y Te Quiere.