Muchas personas que tienen un perro agresivo, o con cualquier otro problema de comportamiento, no saben a qué profesional dirigirse.
¿Es mejor un etólogo? ¿O tal vez se acopla más a tus necesidades la figura del adiestrador o educador canino?
Hay dudas a la hora de contactar con un profesional y es totalmente comprensible.
¿A quién deberías llamar si tienes un perro agresivo, con miedo a los petardos o si sufre ansiedad por separación y ladra cuando se queda solo en casa?
Índice
Cuáles son las competencias de cada profesional
Siempre se ha dicho que un adiestrador es el profesional que se dedica a enseñar ejercicios de obediencia. Aunque realmente el servicio de adiestramiento canino es un concepto mucho más amplio.
También comprende enseñarle a un can a detectar explosivos o estupefacientes, el adiestramiento deportivo (OCI, ODU, IPO, Mondioring, etc), búsqueda y rescate, perros truferos, etc.
Adiestrar a un perro incluye cualquier tipo de enseñanza, no solo una obediencia básica o avanzada.
En cambio el educador canino es el que le enseña a tu mascota cómo comportarse en sociedad.
Y por último tenemos la figura del etólogo, que es un estudioso del comportamiento animal.
Educar a un perro es enseñarle a integrarse y convivir en un grupo social.
De esta forma entenderá que hay cosas que se pueden hacer y otras que no. O, yendo más allá, que hay momentos en los que se puede comportar de una cierta manera y en otros contextos no.
Que tu perro ladre mientras juega es totalmente normal debido a la excitación del momento. Pero que ladre en la terraza de un bar ya no lo es. Además de ser molesto para ti también lo es para las personas de alrededor.
Un perro adulto educado sabe comportarse en situaciones de carácter social.
¿En qué se diferencia un Etólogo, un Adiestrador y un educador canino?
Muchas personas recomiendan trabajar con un etólogo para cambiar el comportamiento de su mejor amigo. Ya sea ansiedad por separación, miedo a los petardos o fobia a las personas.
Hay que tener presente que las técnicas de cambio de conducta son comunes a todos los profesionales.
Un etólogo emplea las mismas técnicas que un educador canino. En etología no se utilizan formas de trabajo diferentes ni desconocidas por otros profesionales.
Y es aquí donde nos encontramos con la primera sorpresa, ya que esta tarea también la puede realizar un educador, un etólogo o un adiestrador canino.
De hecho con la ayuda de cualquier de estos profesionales puedes convertir tu casa en la mejor escuela de educación canina para tu perro.
Para poder realizar un buen diagnóstico y cambiar el comportamiento de un perro se necesita tener conocimientos sobre etología.
Cualquier buen profesional tendrá conocimientos sobre psicología canina y etología para poder saber por qué el animal actúa de una cierta manera y cómo solucionarlo.
Por otro lado, en las modificaciones de conducta puede resultar útil realizar un adiestramiento. Por tanto se puede incluir la obediencia básica como parte del tratamiento.
¿Qué es la etología?
La etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales.
En España la etología no es una carrera como tal, sino un postgrado típicamente de psicología, biología y veterinaria. Aunque también se puede acceder por haber cursado medicina, fisioterapia, educación especial y otras carreras.
Un etólogo que haya estudiado psicología tiene grandes conocimientos sobre comportamiento. Un etólogo clínico (veterinario) sabe cómo influye la enfermedad sobre el comportamiento. Y el etólogo que ha estudiado biología suele dedicarse a la investigación y no al trabajo de campo.
La etología es la ciencia que estudia el comportamiento animal, pero no es específica del comportamiento canino.
Existe el pensamiento generalizado de que el etólogo es un experto en comportamiento y psicología canina pero esto no tiene por qué ser cierto.
De hecho muchos etólogos interesados en dedicarse profesionalmente a este mundo hacen un curso de adiestramiento con un instructor canino.
Por tanto vemos que se mezcla el perfil de etólogo y adiestrador de perros o educador canino.
Diferencia entre etólogo y etólogo clínico
El etólogo es aquella persona que ha cursado el postgrado de etología, pero no necesariamente es un etólogo clínico. Esto solo sucederá si ha cursado la carrera de veterinaria.
Al haber estudiado veterinaria es el único profesional que puede recetar fármacos.
La etología clínica estudia la relación entre comportamiento y problemas de salud. También incluye la prevención, diagnóstico y tratamiento de dichos problemas de conducta.
Un etólogo clínico es el encargado de ver si un problema de salud origina o agrava un determinado comportamiento. También trata diferentes patologías y receta fármacos en caso de que sea necesario.
Algunas causas orgánicas que pueden originar o influir en el comportamiento de un can son problemas hepáticos o renales, picor, alteraciones en el metabolismo (tiroides), problemas neurológicos, etc.
Hay que tener presente que hay comportamientos que se pueden catalogar como patológicos. Por ejemplo:
- Estereotipias: parecido a un transtorno obsesivo-compulsivo en humanos.
- Fobias: a petardos, cohetes, fuegos artificiales, etc.
- Hiperquinesis: similar al TDAH. Habría que tener en cuenta el nivel de actividad propia de la raza y edad, ya que un perro joven es bastante activo.
Para poder hacer un correcto diagnóstico un etólogo clínico necesita supervisar el historial veterinario del paciente. Además valora si es necesario pedir pruebas específicas (dermatológicas, neurológicas, etc) y recetar medicamentos para perros.
Hay casos en los que una mascota necesita fármacos porque está sufriendo mucho debido a su estado emocional degradado.
Algunos ejemplos serían perros agresivos, con miedo a los petardos, fobia a la gente o un caso grave de ansiedad por separación.
¿Se entremezclan las tareas de los diferentes profesionales?
Muchas personas buscan un etólogo cuando tienen un problema de comportamiento porque les han dicho que un entrenador de perros solo se dedica a enseñar conductas.
Pero, ¿es eso cierto? ¿Los límites entre cada uno de los profesionales están tan claros y definidos?
La respuesta es no. No hay límites tan obvios a la hora de trabajar con perros.
Hay veces en los que un can necesita fármacos durante el tratamiento. Si el caso lo está llevando un entrenador canino será necesaria la intervención de un veterinario o etólogo clínico para recetar los medicamentos para perros adecuados.
En este caso la figura del adiestrador, educador canino y etólogo clínico se cruzan. Ambos profesionales complementan sus conocimientos para poder resolver el problema del perro.
Un adiestrador también trata problemas de conducta
Un entrenador de perros necesita conocer diferentes técnicas de modificación de conducta. Aunque hay profesionales que se basan únicamente en la obediencia canina para realizar cambios de comportamiento.
En Conecta Adiestramiento consideramos que ésta no debería ser la base del trabajo, aunque puede ser útil como ejercicio complementario. Pero hay que ir más allá.
Existen protocolos de gestión emocional muy útiles que no se basan en adiestrar al perro.
Tampoco se puede separar la figura del adiestrador canino y el modificador de conducta.
En los cursos profesionales de adiestramiento aparte de aprender cómo enseñarle a tu compañero canino una obediencia básica también se aprenden técnicas de cambio del comportamiento. Por tanto ambas cosas van de la mano.
No hay cursos de adiestramiento canino específicos sobre modificación de conducta, sino seminarios de fin de semana o de unos pocos días de duración.
Otra cosa es que en estos cursos el cambio de comportamiento se base exclusivamente en la obediencia canina, como hemos comentado anteriormente.
Colaboración entre profesionales
También puede suceder que un adiestrador canino y un etólogo trabajen conjuntamente desde el principio.
En este caso el etólogo clínico dicta las pautas y el adiestrador o educador canino las aplica en el domicilio del cliente. Durante el tratamiento ambos profesionales quedan para supervisar el trabajo.
Esto es un gran ejemplo de trabajo conjunto de dos profesionales (etólogo y adiestrador). Ambos aportan su conocimiento y experiencia para poder mejorar la calidad de vida de un perro.
En el caso de ser necesarios los fármacos el etólogo deberá indicar las dosis e ir ajustándolas durante el tratamiento. Por ejemplo si el animal sufre una ansiedad por separación muy grave es habitual recetar algún ansiolítico.
Más adelante habrá que ir modificando la cantidad de fármaco y finalmente retirándolo. Esto es fundamental ya que hay algunos medicamentos para perros que crean adicción o tienen efectos secundarios. De todo esto se encarga un etólogo clínico o un veterinario.
Pero puede que durante el tratamiento se le tenga que enseñar a tu mejor amigo educación y formas aceptables de comportarse en sociedad. Lo cual entra en el campo del educador. Y también puede que haya que enseñarle algunas conductas y comportamientos, lo cual es propio de un adiestrador.
Por tanto vemos que no hay unos límites claros entre unos y otros. El mismo profesional acaba haciendo de todo, lo cual no tiene por qué ser algo negativo.
Un buen profesional sabe cómo adiestrar, educar y cambiar el comportamiento basándose en la etología canina.
Cualquier entrenador de perros tiene que saber por qué el animal se comporta de una cierta manera, lo cual implica tener conocimientos sobre etología y psicología canina.
De igual manera es conveniente que un etólogo tenga al menos unas nociones sobre educación y entrenamiento canino.
Reflexiones finales
Como hemos visto en este artículo no hay una línea clara que delimite cuáles son las competencias de cada profesional del mundo canino.
En Conecta Adiestramiento pensamos que lo más inteligente es trabajar con un profesional por su experiencia, conocimientos y resultados. No solo por su titulación.
Existen grandes etólogos que obtienen resultados extremadamente buenos y pésimos adiestradores caninos. Y esto también sucede a la inversa.
Pero podemos ir un paso más allá. Un trato agradable es fundamental, ya que vas a tener que estar en contacto con esa persona durante un tiempo.
También lo es la supervisión del trabajo que realice durante todo el tiempo que dura el mismo. Y que le puedas consultar las dudas que te surgen entre una sesión y otra. Si no está dispuesto a darte soporte entre sesiones deberías plantearte si es conveniente o no trabajar con él.
Más que buscar un profesional por su titulación te recomendamos investigar acerca de su forma de trabajo y experiencia.
Eso es lo que te garantizará obtener buenos resultados en el trabajo con tu compañero canino.